La Evaluación Educativa: medición de aprendizajes
Dentro del quehacer educativo son
diversos los procesos que se conjugan para dar el producto final: enseñanza-aprendizaje.
De entre tales procesos se puede mencionar la planificación escolar, la cual
lleva inmersa diversos elementos que en su conjunto crean la sesión de clase:
estrategias, técnicas, recursos y evaluación. Esta última, si se quiere, toma
el peso más relevante dentro del proceso educativo, ya que es la que le permite
al docente hacer revisión continua de los logros en la enseñanza. Para Delgado
y Oliver (2006) la evaluación es un proceso que tiene como meta fundamental la
valoración del grado de aprendizajes que adquieren los estudiantes durante el
curso escolar.
Bernad (2000) apuesta por una evaluación que se sirva de ser la medición
de las mejoras obtenidos por los educandos en el plano de la adquisición de
conocimientos como resultado de las experiencias vividas en el aula, por ende,
la evaluación debe estar orientada al progreso, donde el docente interviene
para incentivar la mejora de los estudiantes y de este modo concretar una
revisión sistémica del alcance académico que cada participante obtenga al
término de una clase o un curso.
En este sentido, Mora (2004) expone una serie de normas por las cuales
debe regirse el docente a la hora de ejercer la evaluación dentro del proceso
educativo, entre ellas: ser útil, ya
que debe rendir informaciones de aciertos y desaciertos y posibles soluciones
de mejora; ser factible, puesto que
se deben utilizar procedimientos evaluativos que se puedan utilizar sin mucho
problema; ser ética, ya que la
evaluación debe basarse en un compromiso donde las partes implicadas tengan sus
derechos y emita resultados objetivos; y ser
exacta, debido a que la evaluación debe revelar acertadamente progresos,
mejoras, defectos y resultados finales.
De este modo, la evaluación resulta ser un proceso continuo, es decir,
evaluación continua, la cual consiste en la revisión constante de los alcances
académicos de los estudiantes para que el docente obtenga información adecuada
que le permita mejorar y reorientar el proceso de enseñanza-aprendizaje
(Delgado y Oliver, 2006).
Fuentes Bibliográficas:
Delgado, Ana y Oliver, Rafael (2006). La Evaluación continua en el nuevo
escenario docente. Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento, Vol.
3.Universidad OC.
Bernad, J. (2000). La Evaluación Educativa: paradigmas del aprendizaje que la sustentan.
Madrid – España. Editorial NARCEA.
Mora, Ana (2004). La Evaluación Educativa: conceptos, períodos y modelos. Instituto
de Investigación en Educación. Facultad de Educación. Universidad de Costa
Rica.
Por:
Ramón Labarca-Rincón
Estudiante de Ciencias Sociales en LUZ
Twitterr: @RamonJoseLR
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