Trabajos de Campo: lineamientos y aplicación en la enseñanza de la Geografía
Imagen referencial Trabajos de campo en Geografía |
En la educación, y muy especialmente en la de Venezuela, se muestra
que los recursos didácticos han adquirido relevancia puesto que permiten
activar un dinamismo beneficioso para el desarrollo de una clase; estos
dependerán tanto de factores internos y externos pero sobretodo de la
creatividad e imaginación del propio docente, el cual juega un papel importante en el devenir
educativo. Por lo tanto, Santiago (2006), explica la imperiosa necesidad de
abordar una didáctica innovadora, atractiva y que sea diseñada por los docentes,
quienes diagnostican en su mayoría las debilidades que posee el grupo de
estudio al cual imparten clase, es decir, se adquiere la labor de programar,
actualizar, diseñar, crear y aplicar contenidos y recursos idóneos para cada
área del aprendizaje.
Partiendo de lo anterior,
los docentes de diferentes áreas, específicamente en la Geografía, se han
inclinado por impartir, crear, diseñar y divulgar por diferentes medios los
miles de recursos didácticos que se pueden adherir al desarrollo de una clase.
Es por esta razón que Hernández (2004), expone que los recursos didácticos son
las herramientas ideales para la secuencia de una clase, incursionando en lo
llamativo y constructivo para los estudiantes. En este sentido, para la
elaboración de recursos didácticos se debe tomar en cuenta las condiciones del
aula, recursos necesarios y con los cuales se cuentan así como con las
condiciones externas.
A lo tocante, Atencio y
col, (2013), agregan que abordar la ciudad, la localidad, los paisajes, el pueblo,
el barrio o las comunidades representan un cúmulo de saberes, de cualidades y
singularidades que motivan y propician en el estudiantado una labor más allá de
conocer, se incluye la identidad de ellos mismos dentro de su comunidad o
espacio natural en el cual cohabitan, por lo que crear espacios de enseñanza en
lugares fuera del aula de clases representa una excelente alternativa para
construir un aprendizaje significativo.
En este sentido, es
menester señalar la importancia que poseen los trabajos de campo como recursos
didácticos. Montilla (2005), expresa que las excursiones y trabajos de campo
han sido desde los inicios de la enseñanza de la Geografía una estrategia
didáctica valiosa, los cuales son muchas veces llamados desde diferentes perspectivas
como visitas guiadas cuando es hacia algún museo, casa cultural, entre otros; así
mismo reciben el nombre de rutas patrimoniales, cuando el recorrido implica no
solo un paseo sino utilizar el mismo como fuente inagotable de conocimientos,
hechos y acontecimientos de una ciudad; por otro lado, también se les conocen
como itinerarios, sean pedagógicos, geográficos o ambas, en este último se
incluyen escenarios idóneos para explicar algún tema en particular.
Aunado a lo anterior, no
solo se hace una mera clasificación de los trabajos de campo, puesto que en su
mayoría casi todas las variantes señaladas llevan uno de lo otro; es decir,
cada una de las excursiones, bitácoras, rutas, excursiones, visita guiadas,
trabajos de campo e itinerarios (figura 1) implican una misma perspectiva: una
labor educativa fuera del aula de clases; dependerá la misma del ejecutor y de los aspectos que ha
de tomar en cuenta para su posterior desarrollo.
Figura 1. Ejemplo
de Itinerario geográfico pedagógico desarrollado por el paisaje natural de la
Península de Paraguaná.
Fuente:
Barreto y Bernal (2014).
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Para la exitosa aplicación de un trabajo de campo, se necesitan
diversos elementos, en este caso se incluyen estatutos para su abordaje, debido
a que la formulación de objetivos, áreas de trabajos y actividades que se
realizan antes, durante y después del trabajo de campo, son imprescindibles
para una red de aprendizajes significativos. Montilla (2005), expone que es
necesario seguir aprendiendo y enseñando diversas áreas en el campo porque es
una forma ideal de interpretar realmente lo que ocurre en el ambiente desde las
diversas aristas que confluyen en el espacio geográfico.
Por lo tanto, entre los
primeros lineamientos que se deben tomar en cuenta para la ejecución de un
trabajo de campo, se encuentra la necesidad de identificar un paisaje o
escenario que sea propicio para la enseñanza y aprendizaje de algún contenido,
de una unidad o un objetivo que el docente suponga que es necesario implementar
en dicha actividad. En este sentido, los paisajes significan una amalgama de
saberes, conocimientos, vivencias tanto por el estudiante como por el docente,
una interrelación continua con las diversas áreas sea física - natural o social.
Sabaté y Lista (2001), exponen que se deben señalar las rutas a seguir en un
trabajo de campo, generalmente compuesta por caminos o recorridos físicos, es
decir, apoyados en carreteras, líneas ferroviarias, entre otros; donde se
observe la vinculación con el tema a tratar.
Así pues, en la ejecución
del trabajo de campo, éste toma tres modalidades que involucra al profesor como
guía y al estudiante como aprendiz, según opinión de Pedrinaci y col. (1994):
-Salida de campo tradicional: en
este tipo de trabajo de campo, el docente es el guía principal, e indica lo que
hay que observar, cómo observarlo y cómo interpretarlo. La preocupación del
profesor consistirá en transmitir ordenadamente los conocimientos, y los
estudiantes se preocupan sólo en anotar, hacer esquemas y recoger una que otra
muestra de rocas u otros elementos geográficos (Pedrinaci y col., 1994).
-Salidas de campo como descubrimiento
autónomo: surgió como rechazo al modelo transmisivo del profesor, orientándose
a que el estudiante sea el centro de la actividad. En este tipo de salida de
campo se coloca en relevancia los procedimientos, valores y actitudes que el
estudiante tome para aprender lo que observa, por ello juega un papel
determinante las herramientas que éste utilice para la recolección de muestras
e información del terreno visitado (Pedrinaci y col., 1994).
-Salidas de campo con guía de trabajo: es el tipo de salida de campo más
utilizado en la actualidad, y en él pueden incluirse grandes herramientas
didácticas como el itinerario geográfico. El profesor planifica meticulosamente
la salida, selecciona dónde hay que hacer cada una de las paradas, qué tipo de
observaciones deben realizarse en cada sitio y cómo deben registrarse. Con todo
ello confecciona una cuidada guía de observación que entregará a los
estudiantes, siendo ellos los protagonistas del aprendizaje y resultados obtenidos
en el trabajo de campo (Pedrinaci y col., 1994).
Éste último modelo de salida de campo, coloca de manifiesto la imperiosa
necesidad de que sea utilizado el paisaje natural en la enseñanza de la
Geografía mediante trabajos, itinerarios y excusiones de campo cuidadosamente
planificados. Barreto y Bernal (2014), exponen que la utilización de un
paisaje durante un trabajo de campo, requiere mostrar la diversidad existente
entre el contenido, la experiencia y los conocimientos previos de los estudiantes.
De acuerdo con ello, se demuestra la importancia de diseñar recursos basados en
el paisaje natural y local del estudiante para lograr mayor interés en los
mismos.
Por consiguiente, Montilla (2005), expone una serie
de normativas en cuanto a la logística que se ha de tomar en cuenta para la preparación
de un trabajo de campo:
-Cada trabajo de campo tiene objetivos particulares: Es indispensable
establecer las directrices que ha de incluirse en el trabajo de campo.
-Contar con viajes previos: es decir, los encargados del trabajo de
campo deben reconocer los diversos aspectos que ha de encontrarse en el espacio
con tal de que sean favorables para los estudiantes y el tema a tratar.
-Se debe elaborar por escrito un proyecto o planificación que
contemple especificidades como (figura 2): área o región a trabajar, duración,
recorridos (tanto en una representación cartográfica como por escritos en
pasos) (figura 3), actividades a desarrollar, evaluaciones, lugar de
hospedajes, recursos humanos y materiales y recomendaciones.
Figura 2.
Modelo de planificador para trabajos de campo.
Fuente:
Montilla, 2005.
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Figura 3.
Itinerario geográfico pedagógico de la Laguna de Mucubají.
Fuente:
Chourio y Labarca, 2014.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
Atencio, Maxula; Gouveia, Edith Luz, y Negda, Helle
(2013). Rutas del patrimonio natural,
cultural e histórico: recurso didáctico para la enseñanza de las Ciencias
Sociales. Caso: Sur del Lago de Maracaibo. Revista Geoenseñanza, Vol. 18, Número
especial 2013. Pp. 5 – 27.
Arzolay, C. (1980). El espacio geográfico y la enseñanza de la Geografía en Venezuela.
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García, A., Jiménez, J. y Rodríguez, E. (2009). La enseñanza de la Geografía e Historia
desde la localidad. Revista Geoenseñanza, Vol. 14. Universidad de los
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Hernández, L. (2004). El paisaje como recurso didáctico. Revista Biocenosis. Vol.18
(1-2). Universidad Estatal a Distancia. Centro de Educación Ambiental.
Labarca, Ramón; Chourio, María y Montiel, Kati
(2014). Mucubají y sus Morrenas.
Evidencia del pleistoceno en Venezuela. Paquete Didáctico no publicado.
Facultad de Humanidades y Educación, Universidad del Zulia, Maracaibo,
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Montilla, Argenis. (2005) El trabajo de campo: estrategia didáctica en la enseñanza de la
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Pedrinaci, Emilio; Sequeiros, Leandro y Gracía de
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campo y el aprendizaje de la Geología. Revista Alambique, Nro 2 (versión
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Sabaté, J. y Lista, A. (2001). Casos de estudiantes europeos. Edi. Prohectante l’eix de
Lloobregar. Paisatge cultural i ensenvolupament regional. Barcelona:
Universitat Politécnica de Catalunya. Pp. 78 – 90.
Santiago, José A. (2006), Otras formas para enseñar Geografía y aprender geografía en la práctica
escolar. Universidad de los Andes. Revista de Pedagogía. Vol. 27. N° 80.
Caracas – Venezuela. Pp. 1.
Por:
Lcda. Belmary Barreto
Licenciada en Educación mención Ciencias
Sociales de LUZ
Cursante de la Maestría en Geografía
mención Docencia de LUZ
Twitter: @BelmaryBarreto
Lcdo. Ramón Labarca-Rincón
Licenciado en Educación mención Ciencias
Sociales de LUZ
Cursante de la Maestría en Geografía
mención Docencia de LUZ
Twitter: @RamónJoseLR
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