La actividad volcánica. Conceptos teóricos y estrategias para la práctica pedagógica de la Geografía
Los
volcanes, estructuras geológicas activas.
Imagen referenciasl Actividad volcánica |
Bajo ésta
premisa, según Rivera (2005), la palabra “volcán” proviene de vulcano, la
deidad romana que escupía fuego del interior de la Tierra. El autor señala que
los volcanes, en su representación superficial, se definen como una estructura
cónica que se forman por la acumulación de material ígneo que asciende desde
las profundidades hasta la superficie mediante fisuras o grietas, dicho material
se denomina “magma” hasta que toca el exterior donde se convierte en “lava”. Éste
es depositado a los lados de la fisura formando poco a poco la figura cónica
que poseen tradicionalmente los volcanes.
Cuando un
volcán entra en erupción, ocurren una serie de procesos
geológicos-geomorfológicos que son parte del vulcanismo, siendo éste el
conjunto de procesos por los cuales el magma y los gases asociados ascienden a
través de la corteza (chimenea volcánica) y son expulsados sobre la superficie
o la atmosfera (Wicander y Monrroe, 2000). Tales procesos son abordados por la
Vulcanología, ciencia que se encarga del estudio de los volcanes y las
actividades asociadas a ellos.
La actividad
de los volcanes, íntimamente está ligada al dinamismo de las placas tectónicas
que componen nuestro planeta, a la vez que ayuda en los procesos de destrucción
y construcción de nueva corteza, lo cual es notorio visualizar ya que más del
70% de las rocas que componen la litosfera son de origen volcánico (rocas
ígnea). Así pues, los volcanes guardan relación directa con diversos procesos
de la Tierra, por ello hoy en día geólogos y vulcanólogos apuntan a la creación
de una teoría general del vulcanismo, íntimamente relacionada con las teorías
de la expansión del fondo oceánico y la tectónica de placas (Rivera, 2005).
Anatomía
de los volcanes.
Como
toda estructura terrestre, los volcanes también presentan una anatomía propia
que ha sido estudiada y clasificada por la comunidad científica de geólogos y
vulcanólogos. Entre las partes que conforman la anatomía de un volcán, se
encuentran (figura 1):
-Cámara magmática, situada en las profundidades
de la litosfera, es el lugar donde se acumula y se deposita el magma.
-Cráter, considerada un apertura en la superficie
terrestre a partir de la cual la roca fundida (magma9 y sus gases asociados se
escapan a la atmosfera y/o superficie. Cuando la apertura sobrepasa varios
kilómetros de diámetro de manera circular, se le denomina “caldera”.
-Chimenea, denominado como el conducto circular o
tubo mediante el cual el magma rico en gas asciende desde la cámara magmática
hasta la superficie.
-Cono volcánico, considerada la forma como tal
del volcán, es una elevación formada a los alrededores de la chimenea por la
acumulación de los materiales provenientes de las erupciones.
-Cráter secundario, también denominados “conos
secundarios o parásitos”, son conductos de salida del magma ubicados a los
lados del cono.
Figura 1.
Anatomía y partes de un volcán.
Adaptado por el autor (2018).
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Actividad
volcánica: las erupciones y tipos de volcanes.
Al
hacer inferencia a la actividad de un volcán, principalmente se hace mención a
las erupciones. Éstas, son las manifestaciones más relevantes de las
estructuras volcánicas y son las responsables de la elevación del cono, del
cambio de paisaje y de la creación de nueva corteza. Según expone Rivera
(2005), las erupciones volcánicas ocurren cuando el material de roca fundida,
alojado en la cámara magmática (figura 1), es expulsado a la superficie a
través del cráter de un volcán, y que muchas veces van acompañadas o precedidas
por sismicidad. De este modo, las erupciones de los volcanes pueden ser
explosivas o tranquilas, ello deprende directamente la composición química del
magma, la temperatura y la cantidad de gases disueltos.
Para ilustrar, en las erupciones explosivas la lava es basáltica y sale a altas temperaturas,
siendo así bastante líquida por lo que forma ríos de lava destruyendo todo a su
paso; los gases no se acumulan, puesto que por ser la lava poco viscosa su
ascenso es gradual y poco explosivo; y se forman pocos materiales
piroclásticos, debido a que la lava está a altas temperaturas y funde cualquier
material sólido. Por otro lado, en las erupciones
explosivas la lava es muy viscosa, ya que el contenido químico la hace
bastante espesa lo que acarrea la solidificación de los conductos, los cuales
al no soportar más la presión explotan de manera violenta llegando incluso a
destruir el cráter; los gases se acumulan, puesto que la viscosidad del magma
hacen que se acumulen y al salir a la superficie lo hacen de manera violenta; y
se originan abundantes materiales piroclásticos, los cuales forman nubes bajas
contenidas de abundantes materiales sólidos que pueden llegar a destruir y/o
cambiar el paisaje circundante, a tales nubes se les consideran “nubes
calientes” (Martina y col., s/f).
Así mismo, los geólogos han aseverado unas
clasificaciones de erupciones volcánicas más amplias según el material que se
expulsan, dando origen también a tipos de volcanes. Entre ellas se pueden
mencionar:
-Erupciones hawaianas: Toman su nombre a partir de las
características de las erupciones de los volcanes de Hawái. Según Rivera
(2005), son erupciones tranquilas de lavas fluidas, escasez de gases y sin
nubes ardientes. Debido a su fluidez, la lava suele deslizarse por las laderas
del volcán formando coladas de lava, la cual se deposita en la base
solidificándose al paso del tiempo y dando lugar a la expansión de la
estructura cónica del volcán. Los volcanes se caracterizan por poseer poca
altura y poca pendiente (volcanes en escudo) (figura 2).
-Erupciones estrombolianas: Este tipo de erupción toma su nombre por
el volcán Stromboli, ubicado en el archipiélago de Lipari, al sur de Italia. Se
caracteriza por presentar una explosión medradamente violenta, acompañada de
una lava un poco viscosa y gases incandescentes (Aguilar, 2004). La lava al
desprenderse y ser expulsada a la superficie, tare consigo materiales
piroclásticos como pillitas y bombas volcánicas.
-Erupciones vulcanianas: Reciben el nombre del volcán Vulcano,
ubicado en el archipiélago de Lipari, al sur de Italia. Thornbury (1960), dictamina
que en este tipo de erupción volcánica se derraman chorros de lava viscosa que,
después de entrar en contacto con el aire, no permanecen mucho tiempo líquidas,
por lo que se forman costras de material salificado que suelen explotar en la
nueva erupción. Po ésta razón, se sueltan grandes cantidades de gases
contenidos de cenizas que forman nubes oscuras parecidos a un coliflor (figura
2). El Volcán de Fuego, en Guatemala, presenta éste tipo de erupciones.
-Erupciones vesubianas: Su nombre proviene del volcán Vesubio, que
se localiza en la bahía de Nápoles, en Italia. Gutiérrez (2008), asevera que
las erupciones de este tipo son mucho más violentas que las estrombolianas y
vulcanianas, generando la emisión de grandes columnas de gases y piroclastos,
con poca cantidad de lava, que terminan por descender a modo de lluvia. A ello
se le denomina “lluvias de ceniza”, que dan como resultado la acumulación capa
sobre capa de material lávico y cenizas, dando origen así a los estrovolcanes
(figura 2). El volcán Popocatépetl, en México, presenta éste tipo de
erupciones.
-Erupciones peleanas: Debe su nombre a la erupción ocurrida en 1902
del Mont Pelée, situado en la isla Martinica en las Antillas menores. Las
erupciones de este tipo son muy explosivas, arrojando lava muy viscosa que va
acompañada de nubes de gases que arrastran todo lo que encuentran a su paso.
Tales nubes son denominadas “nubes ardientes”, y están compuestas por
fragmentos sólidos, que se deslizan por gravedad ladera abajo por el cono
volcánico (Gutiérrez, 2008). Una erupción de este tipo fue la que hizo
desaparecer el Krakatoa en 1883.
-Erupciones islándicas o fisurales: Su nombre procede de las
erupciones que tienen lugar en Islandia. Estas erupciones suelen suceder a lo
largo de fisuras que se abren paso desde el cráter del volcán hasta varios
kilómetros de longitud (figura 2). No producen conos volcánicos, sino que más
bien crean lo que se denominan “campos de lava” (Thornbury, 1960). Cuando una
erupción fisural culmina, el aspecto del paisaje cambia considerablemente. Un
ejemplo de este tipo de erupción ocurre en el Kilaue, ubicado en Hawái.
Figura 2. Tipos
de erupciones volcánicas, las cuales clasifican los volcanes.
Adaptado por el autor (2018).
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Actividad
volcánica: ¿Dónde ocurren?
Hasta la década de los '60, los geólogos
no tenían idea del porqué de la ubicación de los volcanes y qué mecanismos
ocasionan sus diversos procesos eruptivos. En la mencionada década se hace
pública la Teoría de la Tectónica de Placas, producto de las teorías de la
Deriva Continental (1915) y de la expansión del fondo oceánico (1960). La
Tectónica de Placas dictamina que el planeta está compuesto por grandes
fragmentos de corteza que se denominan “placas”, las cuales se distribuyen tal
cual rompecabezas sobre el manto terrestre.
Las placas, al estar próximas entre sí,
presentan dinámica entre ellas. Gutiérrez (2008), señala que existen tres
contactos entre placas: los bordes convergentes, llamados también destructivos,
son regiones geológicas muy complejas donde una placa (oceánica) se hunde o se
inserta (proceso de subducción) debajo de otra placa (continental); los bordes
divergentes o constructivos, son aquellos donde dos placas (oceánicas) se
separan entre sí, permitiendo el ascenso de material fundido que al tocar el
exterior se salifica formando nueva corteza; y los bordes de transformación o
conservadores, donde dos placas se deslizan una al lado de la otra, dando
origen a fracturas llamadas “fallas geológicas”.
De entre los bordes de placas mencionados,
en dos de ellos se presenta actividad volcánica: en los bordes convergentes y
divergentes. Aunado a ello, existen zonas intraplacas donde también existe
actividad volcánica gracias a la existencia de un punto caliente o plumas matélicas,
en cuyos puntos se suele generar magma que asciende del interior terrestre a la
superficie como corriente o pluma (Gutiérrez, 2008). Tarbuck y Lutgens (2005),
al respecto de los lugares donde ocurre actividad volcánica, aseguran que
existen tres: 1.- Actividad volcánica en los bordes convergentes de placas; 2.-
Actividad volcánica en los bordes divergentes de placas y 3.- Actividad volcánica
intraplaca.
1.- Actividad
volcánica en los bordes convergentes de placas.
En los bordes convergentes de placas, dos
de ellas chocan o colisionan, generando que una de ellas se inserte debajo de
la otra (subducción). Naturalmente este proceso ocurre entre una placa oceánica
(que es la que se subduce) y otra continental. La presión que se genera en la
subducción permite que en la placa continental se ejecuten varios procesos:
terremotos, formación de montañas (orogénesis), formación de una fosa oceánica
y actividad volcánica (vulcanismo), por nombrar algunos.
En lo que respecta a la actividad
volcánica, en la zona convergente de placas oceánica-continental, la presión
ocasionada por la subducción propicia que los contenidos de agua de la placa
oceánica activen la fusión con el magma contenido en el manto terrestre y éste
comience a ascender por conductos (chimenea volcánica) hasta desembocar en una
erupción (Tarbuck y Lutgens, 2005) (figura 4). En estos lugares convergentes de
placas, se crean los arcos de islas volcánicas continentales (Andes
suramericanos). Ejemplo de tales procesos ocurren en el denominado “Anillo de
Fuego del Pacífico”, donde la placa pacífica está en colisión con la mayoría de
las placas que la bordean (figura 3).
Figura 3.
Localización de volcanes en el Anillo de Fuego del Pacífico.
Fuente: Tarbuck y Lutgens (2005). Adaptado
por el autor (2018).
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En el caso de los bordes
convergentes entre placas oceánicas, el choque entre ellas ocasiona la
construcción de una serie de islas denominadas “arco de islas volcánicas”
(figura 4). Un arco de islas volcánicas lo constituyen las Antillas Menores, en
cuya zona se da la convergencia de la placa Caribe con la placa Norteamericana.
Figura 4.
Actividad volcánica en los bordes de placas convergentes y divergentes.
Adaptado por el autor
(2018) |
2.- Actividad
volcánica en los bordes divergentes de placas.
En los bordes divergentes, que ocurre
naturalmente entre placas oceánicas, al separarse las placas tectónicas en el
fondo marino dan lugar a actividad volcánica. A través de la fisura que generan
la separación de las placas, el material fundido contenido en el interior
terrestre asciende a la superficie, el cual entra en contacto con el agua y
pasa a solidificarse a los lados de la fisura, dando origen a nueva corteza o
nuevo suelo oceánico (figura 4). De éste modo, se forman las llamadas “dorsales
oceánicas” que por fisonomía son de origen volcánico. Un ejemplo de estos
procesos ocurre en la Dorsal Mesoatlántica, donde existe la separación entre
las placas norteamericana y euroasiática y las placas suramericana y africana (figura
5).
Figura 5.
Visualización de la Dorsal Mesoatlántica, generada por la divergencia de placas
tectónicas.
Adaptado por el autor
(2018). |
3.- Actividad
volcánica intraplaca.
El vulcanismo que ocurre intraplaca está
determinado por la presencia de plumas mantélicas, en las que el magma asciende
como corrientes calientes hasta la superficie generando en ella puntos
calientes (hot spots), a partir de los cueles se originan volcanes (Gutiérrez,
2008). Este proceso puede ocurrir en zonas intraplacas oceánicas y
continentales. Un ejemplo claro de los volcanes que se generan por puntos
calientes en zonas intraplacas oceánicas, está representado por la isla de
Hawái (figura 6).
Figura 6.
Ilustración sobre el punto caliente (hot spots) que genera la actividad
volcánica en Hawái.
Adaptado por el autor (2018).
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Actividad
volcánica: Los volcanes más activos del mundo.
Los geólogos
y vulcanólogos estiman que existen más de 500 volcanes activos en el mundo. Para
considerar activo un volcán, éste debe haber presentado erupciones constantes o
por intervalos de tiempo histórico, es decir, que sus erupciones hayan sido
vistas por el hombre en épocas más o menos lejanas (Rivera, 2005). Algunos de
los volcanes más activos del mundo son: Kilauea, Piton de la Fournaise,
Etna, Monte Santa Helena y Estrómboli (cuadro 1).
Cuadro 1. Los
volcanes más activos del mundo.
Elaborado por el autor (2018).
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El
vulcanismo en la enseñanza de la Geografía.
En Venezuela,
los contenidos sobre el vulcanismo se encuentran insertos en el área de
formación Ciencias de la Tierra del
5to Año de Educación Media General, así como en los programas referidos a
Geografía Física y Geología de las carreras que contemplen tales ciencias en
sus currículos de estudio. Cuando toca el tratado sobre volcanes, los docentes
venezolanos ven como opción viable enviar a construir una maqueta de un volcán
y que el estudiante haga una exposición sobre la misma, incluyendo, se der
necesario, el experimento de hacer que el volcán presente una erupción. El
referido recurso y estrategia no se contemplan como “malas prácticas
didácticas”, pero si han sido ya bastante utilizadas por parte de los docentes
encargados de las áreas del saber mencionadas.
En
consideraciones del autor, la elaboración de una maqueta no es la única
actividad didáctica que se puede ejecutar en función de abordar los contenidos
sobre el vulcanismo en las aulas de clases. A continuación se enlistan tres
ideas que se puede utilizar para la enseñanza del vulcanismo (cuadro 2, 3 y 4).
1.- Esquema C.Q.A.
Cuadro 2. Actividad
“Esquema C.Q.A.” aplicada a los contenidos de vulcanismo.
Elaborado por el autor (2018).
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2.- Pirámide
volcánica.
Cuadro 3. Actividad
“Pirámide volcánica” aplicada a los contenidos de vulcanismo.
Elaborado por el autor (2018).
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3.- Museo sobre
Vulcanología.
Cuadro 4. Actividad
“Museo sobre Vulcanología” aplicada a los contenidos de vulcanismo.
Elaborado por el
autor (2018). |
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS.
Aguilar,
Armando (2004). Geografía General.
Segunda edición. México: Pearson Educación.
Gutiérrez, Mateo (2008). Geomorfología. Madrid, España.
Editorial Pearson Educación, S.A.
Martina,
Anna; Sevillano, Clara y Millán, Ramiro (s/f). El IDNA, estudio de los
volcanes.
Rivera,
Hugo (2005). Geología General.
Segunda Edición. Lima, Perú. Editorial Auspicio Académico, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos.
Tarbuck, Edward y
Lutgens, Federick (2005). Ciencias de la Tierra. Una introducción a la
geología física. Octava Edición. Madrid, España. Editorial Pearson
Educación, S.A.
Thornbury, William (1960). Principios de Geomorfología. Primera
Edición. Buenos Aires, Argentina: Editorial KAPELLUZ S.A.
Wicander, Reed y Monroe, James (2000). Fundamentos de Geología. Segunda Edición. México:
International Thonson Editores S. A.
Presentado
por:
Lcdo. Ramón Labarca-Rincón
Licenciado
en Educación mención Ciencias Sociales (LUZ)
Cursante
de la Maestría en Geografía mención Docencia (LUZ)
Twitter:
@RamonJoseLR
Instagram:
ramonjoselr
Excelente material
ResponderEliminarGracias! Cualquier cosa, estamos a la orden...
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